24 enero 2011

Artículos Grace: Tatuajes

TATUAJES
(Enero de 2001, publicado en El Jueves).

Cuando éramos más pequeños, esto de los tatuajes nos sonaba a tres cosas: primero, a marineros del extranjero, rubios como la cerveza, de aspecto como el de la copla y el que gastan en la película “Querelle”, a ciudades con puerto de mar y bares de madera, con capitanes intrépidos que, entre caza y caza de calamares gigantes, recalaban en la tienda del tatuador malencarado correspondiente y, además de tener en cada uno una mujer distinta, iban y se hacían un tatuaje de la Isla del Diablo en el antebrazo, ya repleto de dibujos de anclas, sirenas y cofres repletos de perlas. En segundo lugar, los tatuajes nos sonaban a los malos pobres del barrio, a los delincuentes que habían dado con sus huesos en la penitenciaría más próxima y, como resultado, se habían tatuado el punto del kei de la galería o, en el mismo estilo, a los legionarios del cuartel anexo, con sus tatuajes a lo vivo de toscos dibujos de tías en bolas, corazones atravesados por puñales, cristos de aspecto horrible, remedos de calaveras y leyendas clásicas como “amor de madre” y “Vivan los Quintos del 75”. Un tercer grupo de personas humanas tatuadas serían los camioneros, a modo de resumen de los anteriores, mezcla extraña entre marinero, delincuente y legionario. 


No se crean que no lo hemos estudiado, que el origen de estos salvajes y pintorescos adornos, pasa en los indígenas de culturas lejanas, famosos en el mundo entero antes de la fiebre ecológica y de Sting cuando abusaba de aquel pobre infeliz jefe Raoni sin malicia alguna, precisamente por sus tatuajes y por su costumbre de introducirse huesos, palitos y anillos en todos los sitios imaginables de sus cuerpos, pero la sorpresa ha sido ver cómo esta fiebre exótica, restringida a círculos muy determinados y nada bien vista hasta el momento en este país nuestro, en el que sus habitantes, sobrios y austeros hasta decir basta, siempre tan poco dados al colorismo y a la imagen estridente, ha irrumpido con fuerza entre los más jóvenes, al igual que la decoración de anillos y otros metales incrustados en sus narices y tetes u ombligos, el llamado piercing, en principio de claras connotaciones sexuales, utilizado además de por los indígenas por los salvajes del sexo desde hace lustros. Lo chocante es que esta práctica haya pasado a ser otra moda idiota de fin de semana, cuando la mari (Diana, Violeta o Miranda) de turno se coloca en el ombliguito su arito de quita y pon y se va a lucirlo a la discoteca, confundiendo el culo con las témporas (también, también en las témporas se cuelga la gente cosas). Como será la cosa, que hasta Raúl de “Al Salir de Clase”, ha decidido hacerse un piercing, pero, eso sí, de Tony Hillfiger...
El otro Raúl, el del Madrid, de momento no ha sido sorprendido portando un piercing, al menos, en ninguna parte visible, pero eso no quiere decir nada, ya que hasta hace relativamente poco tiempo, las barbas y los bigotes estaban prohibidos en ese club. Sin embargo, en clubs más meridionales sí se ha visto ya a algún delantero centro con un discreto arito, prueba fehaciente de que lo que empezó como algo alternativo y rompedor, para minorías de enterados transgresores, se ha convertido en una moda para los de siempre: para las multitudes que van a los raves-discotecas de su pueblo o barrio todos los fines de semana. Los más guays se han quitado ya los tatuajes en Houston y esos brazotes a lo Chili Peppers, eso pinchos a lo Silke y esas escarificaciones al estilo Yola Berrocal se han quedado como el amor de madre y los puntos de la droga del principio... Es decir, hechos una pena.
Ahora bien, que no estamos diciendo en absoluto que no nos mole ir tatuados, escarificados o hechos un santo cristo, al fin y al cabo cada uno es muy libre de hacer con su cuerpo lo que digan lo los americanos. Al fin y al cabo, un clavo en los perendengues siempre lucirá más que salir con el culo al aire. O por lo menos eso nos parece a nosotros.


4 comentarios:

Kike Grillo dijo...

Hola Grace!: Estaría bien un artículo sobre los tatuajes talegueros(el punto,los cinco puntos, la jeringuilla,el cristo,el charlot,la cara de tus hijos etc)Será x documentación...

Grace Morales dijo...

Hola Kike: estaría bien, pero creo que ninguno de nosotros está lo suficientemente puesto en el tema. Será cuestión de hablar con un coolhunter o un artista contemporáneo.

Kike Grillo dijo...

Mucho le podría contar yo al respecto.Por cierto ¿su novela? és que no sé si ya está publicada.Que sepa que sería el primer libro de un autor español contemporáneo que compraría sin complejos.Un saludo

Grace Morales dijo...

Estoy y estamos en ello. Pronto, lo avisaré aquí. Gracias por el interés.

Archivo del blog