Este artículo, firmado por Galactus y servidora, lo incluimos en la antología aquella que sacó la editorial La Tempestad. Era inédito y supongo que muchos de ustedes no lo leyeron nunca.
TELEVISIÓN PUNK: LAS SAGAS
Por Galactus y Grace.
(Publicado en Antología Mondo Brutto, Ed.
La Tempestad, 2003).
Lo que ha llovido desde que los Sex Pistols fueron
borrachos al show de Bill Grundy y, por hacer la gracia de soltar un par de
tacos, acabaran con la carrera del conocido comunicador, también ebrio,
organizándose un escándalo mediático comparable, en una escala dentro de
nuestras limitaciones, al que se formó con la actuación de Las Vulpess en “Caja
de Ritmos” o con la de Jordi Valls en la “Edad de Oro”. Pero la condena de
estos comportamientos mediáticos vino por diferentes conductos oficiales:
mientras que en Inglaterra el espectáculo fue condenado y aireado por los
tabloides y la prensa rosa, en España fue el largo brazo de la Conferencia
Episcopal, el Santo Oficio de la Transición, quien puso en el grito en el cielo
y pidió que rodaran cabezas por aquellas cosas de “Voy a meterle un pico en
la polla a un cerdo carroza llamado Lou Reed”, aquel lenguaje tan soez, la
actitud indecorosa, la apología de las drogas y los comportamientos sexuales
aberrantes. Pues en unas semanas, Carlos Tena, Paloma Chamorro y sus
respectivos programas quedaron condenados y anatemizados para siempre.
Después de estos
sucesos, la aparición de un Fernando Arrabal fuera de control gateando por una
mesa, los mocos que se le caían a un antiguo busto parlante de RTVE, y el
especial Nochevieja de Pilar Miró, con Antonio de Senillosa tirándose pedos con
Gurruchaga, fueron los highlights de nuestra televisión, entendida como
fenómeno basura, barato, y en resumen, punk, en sus acepciones originarias,
esto es, y según dice William Burroughs, el nombre que se le da a la figura que
hace de homosexual pasivo en ambientes carcelarios. O como denominaba Shakespeare
a los tunantes macarrucios. Los aficionados a este género estamos de
enhorabuena: por fin, el hecho televisivo español del momento parece sacado del
primer disco de los Clash, pero en su programación total. Aquellos escándalos
cuando se oía un “caca, culo, pedo, pis” de Ramón, o un “Se sienten, coño”, han
quedado en un juego de niños comparado con lo que se ve y se oye en los últimos
tiempos. Puritito hardcore, pero sin melodías. Raca raca raca… y venga raca
raca raca…
Ves a Pajares y su
Corte de los Milagros portátil, y es lo más grande que se ha visto desde “Los
Colby” en aquel episodio en que se parecían un poco a “Yo, Claudio”. Pasiones
mitológicas, figuras arquetípicas, cajas de Pandora, personajes míticos,
embriaguez dionisíaca y Hedonismo Desaforado desfilan ante nuestros ojos, allí,
con unos “¡¡Me cago en dios!! rotulados por el televisor, mientras que
se habla abiertamente de la vida sexual y las aficiones de estos artistas
excéntricos. Siguiendo el mismo proceso de “Mata a tu héroe”, y siempre
desde la premisa de “Mata a los pobres” de los Kennedys Muertos, se
escoge a una figura venerable del espectáculo, a ser posible, que esté en horas
bajas y con un grave desorden de la personalidad, motivado por el consumo
desenfrenado de sustancias perjudiciales para la salud, se le adjudica el papel de su vida, que puede
ser, en un tour de force interpretativo, el de un emperador romano entregado a
todo tipo de excesos y atrocidades. Se lo rodea, primero, de una familia, como
los Osbournes, pero mucho más macarras y corraleados, y se les implica a todos
en un guión lo más chusco posible, lleno de sexo, mentiras y cintas de vídeo. Y
drogas, mezclado con situaciones que sí son reales, pero que parecen increíbles
o mentira. Véase por ejemplo aquella horrenda confusión con el presunto asesino
del modisto italiano que sufrió el hijo de Pajares, que fue lamentable. A
continuación, la saga-río se adereza con unos secundarios de lujo que aportan
subtramas argumentales. Por ejemplo, la hija imaginaria de doce años que al
final resulta que no es tal (que hubiera sido fantástico haber visto qué clase
de hija de doce años habrían puesto, mucho nos tememos una cosa hasta de mal
gusto). ¿Y por qué nos detenemos en esta basura de saga? Porque lo que ahora se
ha calificado como un montaje orquestado por el propio protagonista, nos llamó
poderosamente la atención que en la grabación donde aparecía la supuesta madre
de la supuesta suripantita, ésta lucía una camiseta donde se podía leer “Arny”.
Si realmente lo ha montado todo él, se trata de un guiño genial, propio de un
Malcolm McLaren.
Ni siquiera el
bueno de Malcolm, cuando ya perdió la cabeza con Bow Wow Wow, hubiera concebido
una historia racial y exótica tan de cartón piedra como la vida y las cosas que
le pasan a Carmen Ordóñez, la Primera Dama del Punk Español, nuestra Diamanda
Galás. Con una trayectoria que ya quisieran para sí Throbbing Gristle: su
pasado en lo que se denominaría ahora un grupo paramilitar de ultraderecha, y
tocada con la boina falangista como Patti Hearst. A continuación, su boda con
la familia timnburtioniana de los Rivera, sin olvidar sus propias raíces, que
mezclan el pop con el toro. En los últimos años, se ha significado de nuevo
para sus seguidores como de hellraiser en cetrino, gracias a su espectacular
look y a sus amoríos con el bailarín punk paranormal Ernesto Neyra. Si nos
gustaba a todos cuando Patti Smith protagonizaba aquellos episodios de excesos
en los escenarios, cómo no nos va a encantar Carmina con el ojo morado posando
junto a un Ernesto luciendo en actitud tipo Eskorbuto. Todas las virtudes que
se les suponen a una estrella del rock las tiene Carmina, y ya las ha hecho
suyas, pero aún más excesivas: esas fiestas, esos amigos (el Chuli, el Cabra y
el Pai, que sólo falta Gerard Malanga), esos compañeros (como el ganadero Paco
Pablo Peralta, que es como de Pedro Pico y Paco Vena), esos hijos, ese todo…
Basura warholiana y bazura de La Bruja Lola. Las juergas del señorito crápula
que tanto envidiamos todos. Y por si fuera poco, hasta le ha salido un ama de
llaves como de “Rebeca”, que, ciega por la filfa y la furia, le acusó de cantar
todo el día “White Light, White Heat”, y reivindicar las figuras de Paul Bowles
y de Lou Reed cuando le sacaban a rastras al escenario.
De lo que sería la
Factory pasamos al punk de Tarzán y su Puta Madre, para hablar de la saga de
los Janeiro y su rancho Ambiciones. Qué locura de familia estos Misfits
andaluces, empezando por el padre y su señora, las novias del padre, las cosas
de la madre. Esa Belén Esteban, nuestra Courtney Love del groupismo torero y
los deeyais, ese propio dj como de “Manos a la Obra”, ese ambiente general que
rodea a la familia en esa casa, una mansión decorada como en las películas de
John Waters cuando se ríe de Almodóvar. El grupito de hermanos, con sus
suripantas particulares, las supuestas novias de Jezulín, empezando por La
Juani, “Leshuguita”, que es como la punkie enana de los Sex Pistols, sólo que
un poco más grande. Y su señora, que pa qué, como Jayne County mismamente.
El genuino punk
del estado siempre ha sido el punk andaluz.
En los últimos meses, hemos sido testigos de las imágenes durísimas y
terribles de la anciana tonadillera Marujita Díaz en un barco junto a Parada,
el John Peel del Movimiento, que ha dejado la escena del barco en llamas de los
Pistols en absoluto cero patatero. Igual que los Pistols le pusieron la tirita
en los ojos a la reina, esta vez había que habérsela puesto a ambos dos, no
sólo en el coño, sino en todo el cuerpo. Sexo, drogas y flamenco pop, a toda
pastilla, unas sobrecogedoras imágenes que ya han ido a parar junto con las que
almacenábamos del camping Los Alfaques y el aeropuerto de Los Rodeos, dos
sucesos muy punk 77.
¿Recuerdan cuando
Ramoncín fue cantante? Su hit “Hormigón, mujeres y alcohol”, “Litros de
alcohol, corren por mis venas, mujer, no tengo de problemas de amor, lo que
pasa es que estoy loco por privaaaaaar”?, pues eso lo que le canta el ex
alcalde de Marbella a su novia cuando los dos van de destroyer, como en su
debut en el Rocío, haciendo su particular “Road to Ruin”. Desde Sid y Nancy,
Cosey Fanni Tutti y Genesis P.Orridge, esas parejas bizarras del punk
anglosajón, no se recordaba nada parecido, si exceptuamos, claro está, las
anteriores parejas de la propia tonadillera, como su matrimonio clónico al de
Carmina, y sus coqueteos con el lado salvaje de la vida, con ese background que
ha llevado a gala con tías superimportantes y superduras, que ya quisiera el
caballón de Siouxsie haberse movido con Encanna y Paca Rico, cuando la
superstar iba de ambigua artísticamente. Una hermosa relación de amor al límite
en el marco de la Marbella 2003, que es nuestro No New York, y también nuestra
Isla de Tortuga de la película de los piratas.
Las sagas
anteriores, por su propio peso específico e importancia social, han vendido el
espíritu de comportarse de manera ordinaria y fea, mercantilizando la honorable
actitud punk. Ya es todo comercial, no quedan kamikazes en el panorama de hoy,
quitando a los grandes de toda la vida, como Ángel Cristo, Chiquetete o Manolo
de Vega, que siguen ahí, como para hacerse una camiseta, como aquella
legendaria de Sid Vicious en la portada del Sun, dándolo todo y elevando la
autodestrucción y el “Por favor, Mátame” a la categoría de arte. El resto no
son más que una generación en blanco de idiotas, que se han equiparado a
los montajes tipo New York Dolls de Tamara, Tony Genil y Alejandro Sanz. “Fruta
fresca para verduras podridas”.